En esta semana el martes, fui a comer al mercado un mariscal con una compañera, estaba exquisito, sabroso y con un vinito de regalo (20% vino 70% de agüita de la llave), aunque en la semana los trabajos eran a full y mas tedioso que los demás, prometí el no correrme e ir a la invitación. Salio nuestro lado mas profundo y sensible, pero claro no podíamos evitar tirar las talles de que: “cuidado el mariscal caliente te pone caliente” jajajaja.
Solo éramos nosotros dos, nadie mas, nadie que se nos colara, o que quería ir por copiar, moda o por lo mono que suelen ser, si va uno ellos tienen que ir “si o si”, no rompieron ese mágico momento del contar verdades, no es algo especial que alguien te cuente algo muy personal seguido de un “no se lo digas a nadie mas OK, esto te lo cuento a ti no mas”…
Si hubiera tenido cámara digital, habría tomado el momento, el lugar y de seguro el olor, las señoras en la cocina y las otras que nos pelearon a las afuera del local para que fuéramos a sus restaurantes, pero como no tengo lo dejo grabado en mi blog.
Post ultra amigui, en son de amistad (no piensen mal jaja)
domingo, octubre 16, 2005
Mercado
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